
http://www.anonymousbr4sil.net/2013/09/justica-decreta-prisao-preventiva-de.html#.Uk2dgdJkPJM
.
20/08/2013 - Afirman no temer la confrontación con la policía y la defienden la destrucción de "objetivos capitalistas". Conozca la historia y la forma de lucha que se hizo popular con el movimiento anti- globalización y ganó prominencia en Brasil
.
Por Paulo Cezar Monteiro
.
"Los activistas del Black Bloc no son manifestantes, no están ahí para protestar. Ellos están para promover una intervención directa contra los mecanismos de opresión, sus acciones están diseñadas para causar daño a las instituciones opresivas. "Así es como se establece la estrategia del grupo que ha ganado notoriedad debido a las manifestaciones en el Brasil, por un video publicado por la página de Facebook " Black Bloc Brasil ", que explica algunas de las motivaciones y el pensamiento de sus seguidores .
La acción o la estrategia de control, se pueden reconocer en los grupos de personas vestidas de negro y con máscaras que cubren sus rostros. Durante las protestas, que siempre van de la mano, y generalmente atacan agresivamente a los bancos, grandes empresas o cualquier otro símbolo de las instituciones que dicen no temer, la confrontación con la policía y la defensa de la destrucción de los "objetivos capitalistas" es típica. Conozca la historia y la forma de lucha que se hizo popular con el movimiento anti-globalización y ganó prominencia en Brasil "capitalista y opresor", y que considera necesario, resistir o intentar contragolpear en las intervenciones policiales.
Debido al actual ciclo de protestas en las calles, Black Bloc entró en el centro del debate político nacional. Parte del análisis y las opiniones clasifica sus acciones como "vandalismo" o "violencia gratuita" , y son también recurrentes las críticas del anonimato producido por máscaras o telas que cubre la cara de los activistas. Pero el Black Bloc no es una organización o entidad. Leo Vinicius, autor del libro Urgência das ruas – Black Bloc, Reclaim the Streets e os Dias de Ação Global, da Conrad, (pseudônimo Ned Ludd), lo define como una forma de acción, guiada por procedimientos y tácticas que se pueden utilizar para la defensa o ataque en una manifestación pública
Zuleide Silva (nombre ficticio), anarquista y partidario del Black Bloc en Ceará , hace hincapié en que se dirigen a las "instituciones corporativas" y tratan de defender a los manifestantes de las acciones policiales represivas. "Nosotros hacemos lo que los manifestantes no tienen el valor de hacer. Ponemos nuestro rostro abofeteado por todo el mundo”, dice.
El periodista y estudioso de los movimientos anarquistas, Jairo Costa , en el artículo “A tática Black Bloc” publicado en la revista “Mortal” , recuerda que el Black Block surgió en Alemania en la década de 1980 , como una forma utilizada por los autonomistas y anarquistas para defender squats (ocupaciones) y universidades de las acciones policiales y los ataques de grupos nazis y fascistas. " El Black Block fue el resultado de la búsqueda de nuevas tácticas urbanas de combate contra la policía y los grupos nazis y fascistas . A diferencia de lo que muchos piensan, el Black Block no es un tipo de organización anarquista, ONG o cualquier grupo libertario, es una acción de guerrilla urbana" contextualiza Costa.
De acuerdo con uno de los “documentos de información” disponible en la página de Facebook, algunos de los elementos que los caracteriza, son la horizontalidad interna, la ausencia de liderazgo, autonomía para decidir dónde y cómo actuar, y la solidaridad entre sus miembros. Actualmente, hay registros, por ejemplo, de fuerzas de acción del Black Block en las recientes manifestaciones y levantamientos populares en Egipto.
Para Leo Vinicius es "sorprendente" que esta manifestación de estrategia urbana, generalizada en todo el mundo, se tardara tanto en llegar a Brasil. " Esta actitud de protestas y manifestaciones ganó mucho protagonismo dentro de los movimientos anti -globalización a principios de la década 1990-2000 . Hay ahora en Brasil una forma de acción política realmente nueva". En Brasil, hay páginas de casi todos los movimientos en las capitales y grandes ciudades, la mayoría de ellas creadas durante la proliferación de las protestas. El más grande es el Black Bloc Brasil, con cerca de 35.000 seguidores, seguido por Black Bloc- RJ, con cerca de 20.000 miembros.
En cuanto a la relación con el anarquismo, Vinicius hace una advertencia. Debe quedar claro que la idea de que "cada acción se realiza por los anarquistas del Black Bloc y todos son anarquistas del Black Bloc" es falsa." La historia del Black Bloc tiene una conexión con el anarquismo, pero también participan otras corrientes, como autonomistas, comunistas e incluso independientes. Nunca fue algo único del anarquismo. En la práctica, el Black Bloc, debido a que es una estrategia operativa, puede ser utilizada hasta por los movimientos de derecha", explica el escritor.
Para algunos activistas, el proceso de aceptación de las manifestaciones callejeras, por los principales medios de comunicación y por el público, de alguna manera impone, que para ser consideradas legítimas, las protestas deben seguir un patrón: pacífico, organizado, con carteles y pancartas y hecho en perfecto acuerdo con las leyes. Vinicius demuestra cierta preocupación por la posibilidad del fortalecimiento de la idea, de que esta forma "pacífica", sea vista como la única forma de manifestación posible o legítima. Dice que no entiende cómo acción “violenta” romper una ventana o defenderse de una acción policial excesiva. "La violencia es un concepto muy subjetivo. Por lo tanto, no se puede censurar cualquier acto violento, hay que contextualizarlo, para entender las motivaciones detrás de cada acción", dice.
Para él, la eficacia de una manifestación está en saber articular bien, formas de acciones "pacíficas" y "no pacíficas". Fue este equilibrio, lo que hizo que el Movimento Passe Livre – São Paulo (MPL-SP) lograse hacer anular el aumento de la tarifa de transporte en la capital del estado. "Sólo con pancartas y cartelones no habrían caído la pretendida alza de tarifas ", atestigua. Quién tiene el poder político en las manos, sólo cede a una reivindicación por el miedo, al sentir que las cosas pueden salir de la rutina, pueden perder el control del Estado", sentencia.
Por otra parte, Vinicius advierte que deben darse cuenta de los límites, para evitar las acciones más "radicales", porque el movimiento puede ser criminalizado o aislarse de la sociedad y por lo tanto perder la posibilidad de catalizar cualquier cambio. En su obra, hace la siguiente definición de aquellos que adoptan la estrategia Black Bloc: "Ellos practican una desobediencia civil activa y la acción directa, descartando así la política de acciones perfectamente domesticadas, en las que la manifestación política tradicional permanece encerrada. El BB no se contentan con simples marchas contestatarias, ciertamente importantes por su carga simbólica, pero incapaces de sacudir verdaderamente el orden de las cosas", puntualiza.
Otra crítica recurrente es el hecho de que BB lleve máscaras o pañuelos para cubrirse los rostros. Los partidarios de la acción explican que las máscaras son un medio de proteger su identidad de "evitar el acoso policial " y otras formas de delincuencia, así como para crear una "sensación de unidad" y evitar la aparición de un "líder carismático"Lucha Antiglobalización.
Con el paso del tiempo, según Jairo Costa, las tácticas del Black Bloc pasarán a ser reconocidas como un medio de expresar la ira anticapitalista. Explica que generalmente las acciones son planeadas para suceder durante grandes manifestaciones de movimientos de izquierda.
El estudioso destaca como uno de los momentos más significativos de la historia del Black Bloc la llamada “Batalla de Seattle”, en 1999, contra una rueda de negociaciones de la Organización Mundial del Comercio (OMC). El 30 de noviembre de aquel año, tras una tarde de enfrentamientos con las fuerzas policiales, un frente móvil de activistas del Black Bloc consiguió romper el aislamiento creado entre lxs manifestantes y el centro comercial de la ciudad. Tras superar el cerco policial, lxs manifestantes promovieron la destrucción de varias propiedades, limusinas y coches de policía e hicieron varias pintadas con el mensaje “Zona Temporalmente Autónoma”. Cifras estimadas apuntan a daños con un coste de 10 millones de dólares, además de centenares de heridxs y 68 personas presas.
Para Costa, uno de los episodios más impactantes – y duros – de la historia del Black Bloc fue el asesinato de Carlo Giuliani, joven anarquista de 23 años, durante la realización simultanea del Foro Social de Génova y la reunión del G-8 (grupo de los 8 países más ricos) en Italia, en julio de 2001. Recuerda que, tras varios enfrentamientos violentos – alguno de ellos vencido por lxs manifestantes, que llegaron a provocar la fuga de los maderos, que dejaron tras de sí sus vehículos blindados – ocurrió el episodio que llevó a la muerte de Giuliani: “fue hacia un coche de policía intentando tirar adentro un extintor de incendios. Muchxs fotógrafxs estaban por allí y sus registros hablan por sí mismos. Al acercarse al coche, Giuliani es alcanzado por dos disparos, uno en la cabeza y, en una escena macabra, el coche de policía da marcha atrás y lo atropella varias veces”, narra. Los asesinos de Carlo Giuliani no fueron condenados. Dos años después del suceso, la justicia italiana consideró que la acción policial se dio como “reacción legítima” al comportamiento del militante.
Entre las formas de acción directa del Black Bloc destacan los ataques a los llamados “objetivos simbólicos del capital”, que incluyen joyerías, cafeterías norte-americanas (Nota de traducción: se refiere a establecimientos como Starbucks, que más que una simple cafetería son una empresa transnacional responsable de la destrucción medioambiental, de los transgénicos y consiguiente transformación de los alimentos en patentes privadas, el esclavismo laboral y la explotación animal masiva) o incluso la depredación de instituciones oficiales y empresas multinacionales. Costa explica que esas acciones “no tienen como objetivo dañar a personas, sino bienes del capital”.
Zuleide justifica la destruccion practicada contra multinacionales u otros símbolos capitalistas, porque serían mecanismos de “explotación y exclusión de las personas”. “Queremos que esos medios que oprimen y no respetan a un ser humano, exploten, que se vayan, que mueran. Trabajar diez horas al dia para no ganar nada, eso es lo que nos enfurece. Por eso nuestras acciones directas contra ellxs, porque queremos causarles perjuicios para que perciban que hay personas que rechazan aquello y que luchan por la poblacion”, explica.
Reconoce que esas acciones directa pueden dejarlxs “mal vistxs” en la sociedad, ya que hay personas que piensan: “Vaya, no voy a poder volver a comer en el ***** porque lo han destruido todo”. Sin embargo, Zuleide afirma que el/la trabajador/a, explotadx por esas corporaciones, “adoraría hacer lo que nosotrxs hacemos, pero, por tener familia que mantener y facturas por pagar, no lo hace”. “Ese es otro de los motivos que nos hacen ser como somos”, apunta.
Vinicius explica que, en las “acciones directas”, lxs participantes del Black Bloc atacan bienes particulares por considerar que “la propiedad privada – principalmente la propiedad privada corporativa – es en sí misma mucho más violenta que cualquier acción que pueda ser tomada contra ella”. Romper escaparates de comercios, por ejemplo, tendría como función destruir “hechizos” creados por la ideología capitalista. Esos “hechizos” serían medios de “empaquetar el olvido” de todas las violencias cometidas “en nombre del derecho de propiedad privada” y de “todo el potencial de una sociedad sin ella”.
En prácticamente todas las manifestaciones, independientemente de las causas y de lxs organizadorxs, se volvió común el grito: “¡sin violencia!, ¡sin violencia!”, que tenía como destinatarios a los policías que, teóricamente, entenderían el carácter “pacifista” del acto. También sería una tentativa de cohibir la acción de “vándalxs” o “gamberrxs” que percibirían el no contar con el apoyo de la masa restante.
Zuleide reconoce que, inicialmente, la acción del Black Bloc era objeto de esos gritos, pero, según ella, cuando las personas entienden la forma en que actúan, eso cambia. “Lxs manifestantes percibirán que el Estado no va a dejarnos hablar, no nos dejará reivindicar algo, y comenzará a reprimrnos. Cuando hay enfrentamiento [con la policía] nosotrxs ayudamos a lxs demás manifestantes retrasando el avance policial o alejándoles de situaciones que ofrezcan peligro, y algunxs percibirán eso”, afirma.
A pesar de que los enfrentamientos con policías no son una novedad durante sus acciones, lxs seguidorxs del Black Bloc afirman no tener como objetivo atacar a los policías. A pesar de todo, otro documento titulado “Manifiesto Black Bloc” deja claro que, en caso de que la policía asuma un carácter “opresor y represor”, entonces se convierte, automáticamente, en “una enemiga”.
En el “Manual de Acción Directa”, también disponible en Internet (aquí) la desobediencia civil es definida como “la no-aceptación” de una regla, ley o decisión impuesta “que no tiene sentido, para no someterse a quien la impone. Este es el principio de la desobediencia civil, violenta o no”. Entre las posibilidades de desobediencia civil son citadas, por ejemplo, la no-aceptación de la prohibición de la policía de que la manifestación siga por un camino determinado, la resistencia a la captura de algún (o alguna) manifestante o, incluso, la tentativa de rescatar a alguien ya detenidx por los maderos. El manual también enseña tácticas para resistir al gas lacrimógeno, sprays de pimienta y otras formas de acción policial, además de consejos de primeros auxilios y de derechos legales de lxs manifestantes. De acuerdo con el documento, las indicaciones de ese manual tratan sólo de desobediencia civil “no-violenta”.
Otra indicación es que sea definido, antes de la manifestación, si la desobediencia civil será “violenta” o “no-violenta”. En caso de optar por la acción “no-violenta”, esa decisión debe ser respetada por todxs, dado que no cumplir lo acordado puede poner “en riesgo” a otrxs compañerxs, además de ser una señal de falta de respeto.
Sin embargo, el mismo manual deja claro que “lo que ellxs hacen con nosotrxs” todos los días es violencia y que, siendo así, “la desobediencia violenta es una reacción a esto, y por lo tanto, no es gratuita, como ellxs intentan hacer que parezca”.
....

Black Bloc: “Fazemos o que os outros não têm coragem de fazer”
.
20/08/2013 - Eles afirmam não temer o confronto com a polícia e defendem a destruição de “alvos capitalistas”. Conheça a história e a forma de luta que se popularizou com o movimento antiglobalização e ganha destaque no Brasil
.
Por Paulo Cezar Monteiro
.
“Os ativistas Black Bloc não são manifestantes, eles não estão lá para protestar. Eles estão lá para promover uma intervenção direta contra os mecanismos de opressão, suas ações são concebidas para causar danos às instituições opressivas.” É dessa forma que a estratégia de ação do grupo que vem ganhando notoriedade devido às manifestações no País é definida por um vídeo, divulgado pela página do Facebook “Black Bloc Brasil”, que explica parte das motivações e forma de pensar dos seus adeptos.
A ação, ou estratégia de luta, pode ser reconhecida em grupos de pessoas vestidas de preto, com máscaras ou faixas cobrindo os rostos. Durante os protestos, eles andam sempre juntos e, usualmente, atacam de maneira agressiva bancos, grandes corporações ou qualquer outro símbolo das instituições Eles afirmam não temer o confronto com a polícia e defendem a destruição de “alvos capitalistas”. Conheça a história e a forma de luta que se popularizou com o movimento antiglobalização e ganha destaque no Brasil “capitalistas e opressoras”, além de, caso julguem necessário, resistirem ou contra-atacarem intervenções policiais.
Devido ao atual ciclo de protestos de rua, o Black Bloc entrou no centro do debate político nacional. Parte das análises e opiniões classifica as suas ações como “vandalismo” ou “violência gratuita”, e também são recorrentes as críticas ao anonimato produzido pelas máscaras ou panos cobrindo a face dos adeptos. Mas o Black Bloc não é uma organização ou entidade. Leo Vinicius, autor do livro Urgência das ruas – Black Bloc, Reclaim the Streets e os Dias de Ação Global, da Conrad, (sob o pseudônimo Ned Ludd), a define o como uma forma de agir, orientada por procedimentos e táticas, que podem ser usados para defesa ou ataque em uma manifestação pública.
Zuleide Silva (nome fictício), anarquista e adepta do Black Bloc no Ceará, frisa que eles têm como alvo as “instituições corporativas” e tentam defender os manifestantes fora do alcance das ações repressoras da polícia. “Fazemos o que os manifestantes não têm coragem de fazer. Botamos nossa cara a tapa por todo mundo”, afirma.
O jornalista e estudioso de movimentos anarquistas, Jairo Costa, no artigo “A tática Black Bloc”, publicado na Revista Mortal, lembra que o Black Bloc surgiu na Alemanha, na década de 1980, como uma forma utilizada por autonomistas e anarquistas para defenderem os squats (ocupações) e as universidades de ações da polícia e ataques de grupos nazistas e fascistas. “O Black Bloc foi resultado da busca emergencial por novas táticas de combate urbano contra as forças policiais e grupos nazifascistas. Diferentemente do que muitos pensam, o Black Bloc não é um tipo de organização anarquista, ONG libertária ou coisa parecida, é uma ação de guerrilha urbana”, contextualiza Costa.
De acordo com um dos “documentos informativos” disponíveis na página do Facebook, alguns dos elementos que os caracterizam são a horizontalidade interna, a ausência de lideranças, a autonomia para decidir onde e como agir, além da solidariedade entre os integrantes. Atualmente, há registros, por exemplo, de forças de ação Black Bloc nas recentes manifestações e levantes populares no Egito.
Manifestantes se reúnem em rua do Leblon, no Rio de Janeiro, próximos à casa do governador Sérgio Cabral (Foto: Mídia Ninja)
http://revistaforum.com.br/wp-content/uploads/2013/08/black-bloc-2.jpg
Black Bloc no Brasil
Para Leo Vinicius, é um “pouco surpreendente” que essa estratégia de manifestação urbana, bastante difundida ao redor do mundo, tenha demorado a chegar por aqui. “Essa forma de agir em protestos e manifestações ganhou muito destaque dentro dos movimentos antiglobalização, na virada da década de 1990 para 2000. Não é uma forma de ação política realmente nova”. No Brasil, existem páginas do movimento de quase todas as capitais e grandes cidades, a maior parte delas criadas durante o período de proliferação dos protestos. A maior é a Black Bloc Brasil, com quase 35 mil seguidores, seguida pela Black Bloc–RJ, com quase 20 mil membros.
A respeito da relação com o anarquismo, Vinicius faz uma ressalva. É preciso deixar claro que a noção de que “toda ação Black Bloc é feita por anarquistas e que todos anarquistas fazem Black Bloc” é falsa. “A história do Black Bloc tem uma ligação com o anarquismo, mas outras correntes como os autonomistas, comunistas e mesmo independentes também participavam. Nunca foi algo exclusivo do anarquismo. Na prática, o Black Bloc, por se tratar de uma estratégia de operação, pode ser utilizado até por movimentos da direita”, explica o escritor.
Para alguns ativistas, o processo de aceitação das manifestações de rua, feito pela grande mídia e por parte do público, de certa forma impôs que, para serem considerados legítimos, os protestos deveriam seguir um padrão: pacífico, organizado, com cartazes e faixas bem feitas e em perfeito acordo com as leis. Vinicius demonstra certa preocupação com a possibilidade do fortalecimento da ideia de que essa forma “pacífica” seja vista como o único meio possível ou legítimo de protestar. Ele afirma que não entende como violenta a ação Black Bloc de quebrar uma vidraça ou se defender de uma ação policial excessiva. “A violência é um conceito bastante subjetivo. Por isso, não dá pra taxar qualquer ato como violento, é preciso contextualizá-lo, entender as motivações por trás de cada gesto”, avalia.
Para ele, a eficácia de uma manifestação está em saber articular bem formas de ação “pacíficas” e “não pacíficas”. Foi esse equilíbrio, analisa, que fez com que o Movimento Passe Livre – São Paulo (MPL-SP) barrasse o aumento da tarifa na capital paulista. “Só com faixas e cartazes a tarifa não teria caído”, atesta. “Quem tem o poder político nas mãos só cede a uma reivindicação pelo medo, por sentir que as coisas podem sair da rotina, de que ele pode perder o controle do Estado”, sentencia.
Por outro lado, Vinicius alerta que é preciso perceber os limites para evitar que as ações mais “radicais” façam com que o movimento seja criminalizado ou se isole da sociedade e, com isso, perca o potencial de realizar qualquer mudança. Em sua obra, faz a seguinte definição daqueles que adotam a estratégia Black Bloc: “Eles praticam uma desobediência civil ativa e ação direta, afastando assim a política do teatro virtual perfeitamente doméstico, dentro do qual [a manifestação política tradicional] permanece encerrada. Os BB não se contentam com simples desfiles contestatórios, certamente importantes pela sua carga simbólica, mas incapazes de verdadeiramente sacudir a ordem das coisas”, aponta.
Outra crítica recorrente é o fato de os BB usarem máscaras ou panos para cobrirem os rostos. Os adeptos da ação explicam que as máscaras são um meio de proteger suas identidades para “evitar a perseguição policial” e outras formas de criminalização, como também criar um “sentimento de unidade” e impedir o surgimento de um “líder carismático”.
Luta antiglobalização
Com o passar do tempo, segundo Jairo Costa, as táticas Black Bloc passaram a ser reconhecidas como um meio de expressar a ira anticapitalista. Ele explica que geralmente as ações são planejadas para acontecer durante grandes manifestações de movimentos de esquerda.
O estudioso destaca como um dos momentos mais significativos da história Black Bloc a chamada “Batalha de Seattle”, em 1999, contra uma rodada de negociações da Organização Mundial do Comércio (OMC). Em 30 de novembro daquele ano, após uma tarde de confrontos com as forças policiais, uma frente móvel de black blockers conseguiu quebrar o isolamento criado entre os manifestantes e o centro comercial da cidade. Após vencer o cerco policial, os manifestantes promoveram a destruição de várias propriedades, limusines e viaturas policiais, e fizeram várias pichações com a mensagem “Zona Autônoma Temporária”. Estimativas apontam prejuízos de 10 milhões de dólares, além de centenas de feridos e 68 prisões.
Para Costa, um dos episódios mais impactantes – e duros – da história Black Bloc foi o assassinato de Carlo Giuliani, jovem anarquista de 23 anos, durante a realização simultânea do Fórum Social de Gênova e a reunião do G8 (Grupo dos oito países mais ricos), na Itália, em julho de 2001. Ele lembra que, após vários confrontos violentos – alguns deles vencidos pelos manifestantes, que chegaram a provocar a fuga dos policiais, que deixaram carros blindados para trás –, ocorreu o episódio que levou à morte de Giuliani.
“Ele partiu para cima de um carro de polícia tentando atirar nele um extintor de incêndio. Muitos fotógrafos estavam por lá e seus registros falam por si. Ao se aproximar do carro, Giuliani é atingido por dois tiros, um na cabeça. E, numa cena macabra, o carro da polícia dá marcha a ré e atropela-o várias vezes”, narra. Os assassinos de Carlo Giuliani não foram condenados. Dois anos após o fato, a Justiça italiana considerou que a ação policial se deu como “reação legítima” ao comportamento do militante.
Alvos capitalistas
Entre as formas de ação direta do Black Bloc destacam-se os ataques aos chamados “alvos simbólicos do capital”, que incluem joalherias, lanchonetes norte-americanas ou ainda a depredação de instituições oficiais e empresas multinacionais. Costa explica que essas ações “não têm como objetivo atingir pessoas, mas bens de capital”.
Zuleide justifica a destruição praticada contra multinacionais ou outros símbolos capitalistas, porque elas seriam mecanismo de “exploração e exclusão das pessoas”. “Queremos que esses meios que oprimem e desrespeitam um ser humano se explodam, vão embora, morram. Trabalhar dez horas por dia para não ganhar nada, isso é o que nos enfurece. Por isso, nossas ações diretas a eles, porque queremos causar prejuízos, para que percebam que há pessoas que rejeitam aquilo e que lutam pela população”, explica.
Ela reconhece que essas ações diretas podem deixá-los “mal vistos” na sociedade, já que há pessoas que pensam: “Droga, não vou poder mais comer no ***** porque destruíram tudo”. Porém, Zuleide afirma que o trabalhador, explorado por essas corporações, “adoraria fazer o que nós fazemos”, mas, por ter família para sustentar e contas a pagar, não faz. “Esse é mais um dos motivos que nos fazem do jeito que somos”, pontua.
Vinicius explica que, nas “ações diretas”, os black blockers atacam bens particulares por considerarem que “a propriedade privada – principalmente a propriedade privada corporativa – é em si própria muito mais violenta do que qualquer ação que possa ser tomada contra ela”. Quebrar vitrines de lojas, por exemplo, teria como função destruir “feitiços” criados pela ideologia capitalista. Esses “feitiços” seriam meios de “embalar o esquecimento” de todas as violências cometidas “em nome do direito de propriedade privada” e de “todo o potencial de uma sociedade sem ela [as vitrines]”.
Sem violência?
Em praticamente todas as manifestações, independentemente das causas e dos organizadores, tornou-se comum o grito: “Sem violência! Sem violência!”, que tinha como destinatários os policiais que, teoricamente, entenderiam o caráter “pacifista” do ato. Também seria uma tentativa de coibir a ação de “vândalos” ou “baderneiros”, que perceberiam não contar com o apoio do restante da massa.
Zuleide reconhece que, inicialmente, a ação Black Bloc era alvo desses gritos, mas, segundo ela, quando as pessoas entendem a forma como eles atuam, isso muda. “Os manifestantes perceberam que o Estado não iria nos deixar falar, nos deixar reivindicar algo, e começaram a nos reprimir. Quando há confronto [com a polícia], nós os ajudamos retardando a movimentação policial ou tirando eles de situações que ofereçam perigo, e alguns perceberam isso”, afirma.
Apesar de os confrontos com policiais não serem uma novidade durante as suas ações, os adeptos afirmam não ter como objetivo atacar policiais. Contudo, outro documento intitulado “Manifesto Black Bloc” deixa claro que, caso a polícia assuma um caráter “opressor ou repressor”, ela se torna, automaticamente, uma “inimiga”.
No “Manual de Ação Direta – Black Bloc”, também disponível na internet, a desobediência civil é definida como “a não aceitação” de uma regra, lei ou decisão imposta, “que não faça sentido e para não se curvar a quem a impõe. É este o princípio da desobediência civil, violenta ou não”. Entre as possibilidades de desobediência civil são citadas, por exemplo, a não aceitação da proibição da polícia que a manifestação siga por determinado caminho, a resistência à captura de algum manifestante ou, ainda, a tentativa de resgatar alguém detido pelos policiais.
Também são ensinadas táticas para resistir a gás lacrimogêneo, sprays de pimenta e outras formas de ação policial, além de dicas de primeiros socorros e direitos legais dos manifestantes. De acordo com o documento, as orientações desse manual tratam apenas da desobediência civil “não violenta”.
Outra orientação é que seja definido, antes da manifestação, se a desobediência civil será “violenta” ou “não violenta”. Caso se opte pela ação ‘não violenta’, essa decisão deve ser respeitada por todos, visto que não cumprir o combinado pode pôr “em risco” outros companheiros, além de ser um sinal de “desrespeito”.
Contudo, o mesmo manual deixa claro que o que “eles fazem conosco” todos os dias é uma violência, sendo assim, “a desobediência violenta é uma reação a isso e, portanto, não é gratuita, como eles tentam fazer parecer”.
http://revistaforum.com.br/blog/2013/08/black-bloc-fazemos-o-que-os-outros-nao-tem-coragem-de-fazer/
.
Uma breve história
1980: O termo Black Bloc (Schwarzer Block) é usado pela primeira vez pela polícia alemã, como
forma de identificar grupos de esquerda na época denominados “autônomos, ou autonomistas”, que lutavam contra a repressão policial aos squats (ocupações).
1986: Fundada, em Hamburgo (Alemanha), a liga autonomista Black Bloc 1500, para defender o Hafenstrasse Squat.
1987: Anarquistas vestidos com roupas pretas protestam em Berlim Ocidental, por ocasião da presença de Ronald Reagan, então presidente dos EUA, na cidade.
1988: Em Berlim Ocidental, o Black Bloc confronta-se com a polícia durante uma manifestação
contra a reunião do Banco Mundial e o Fundo Monetário Internacional (FMI).
1992: Em São Francisco (EUA), na ocasião do 500º aniversário da descoberta da América por Cristóvão Colombo, o Black Bloc manifesta-se contra o genocídio de povos nativos das Américas.
1999: Seattle contra a Organização Mundial do Comércio (OMC). Estima-se em 500 o número de integrantes do Black Bloc que destruíram o centro econômico da cidade.
2000: Em Washington, durante reunião do FMI e Banco Mundial, cerca de mil black blockers anticapitalistas saíram às ruas e enfrentaram a polícia.
2000: Em Praga (República Tcheca), forma-se um dos maiores Black Blocs que se tem notícia, durante a reunião do FMI. Cerca de 3 mil anarquistas lutam contra a polícia tcheca.
2001: Quebec (Canadá). Membros do Black Bloc
são acusados de agredir um policial durante uma marcha pela paz nas ruas de Quebec. Após esse evento, a população local e vários manifestantes de esquerda distanciaram-se da tática Black Bloc e de seus métodos extremos.
2001: A cidade de Gênova (Itália), ao mesmo tempo, recebeu a cúpula do G8 e realizou o Fórum Social de Gênova, com um grande número de Black blockers, além de aproximadamente de 200 mil ativistas. A ação ficou marcada pela violenta morte do jovem Carlo Giuliani, de 23 anos.
2007: Em Heiligendamm (Alemanha), reunião do G8 foi alvo de uma ação com a participação de cerca de 5 mil blackblockers . Mobilização Black Bloc de cerca de 5.000 pessoas
2010: Toronto (Canadá), na reunião do G20. Neste confronto, mais de 500 manifestantes foram presos e dezenas de outros ativistas foram parar em hospitais com inúmeras fraturas.
2013: Cairo (Egito). O Black Bloc aparece com forte atuação nos protestos da Praça Tahir, no combate e resistência ao exército do então presidente Hosni Mubarak.
Fonte: Artigo “A Tática Black Bloc”, escrito por Jairo Costa, na Revista Mortal, 2010
http://revistaforum.com.br/blog/2013/08/black-bloc-fazemos-o-que-os-outros-nao-tem-coragem-de-fazer/
The first Black Bloc participant we've seen to also don an "FBI" sweatshirt, near Tahrir Square
http://www.salon.com/2013/01/28/masked_black_bloc_a_mystery_in_egypt_unrest/