Roman Curia of the Vatican is considered to be one of the most conservative governmental administrations in the world, and is so powerful that in practice it delayed, filed away and annulled the changes introduced by Pope Paul VI, in 1967, and Pope John Paul II, in 1998, and blocked the progressive line of Vatican Council II, (1962-1965).
La Curia Romana del Vaticano está considerada como una de las administraciones gubernativas más conservadoras del mundo y tan poderosa que en la práctica retrasó, archivó y anuló los cambios introducidos por los papas Pablo VI en1967 y Juan Pablo II en 1998 y bloqueó la línea progresista del Concilio Vaticano II (1962-1965).
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La Curia Romana del Vaticano continúa incólume, como si trabajase no para el tiempo sino para la eternidad. Sin embargo, los escándalos morales y financieros ocurridos dentro de su espacio han sido de tal magnitud que ha surgido el clamor de toda la Iglesia pidiendo una reforma, a ser realizada, como una de sus misiones, por el nuevo Papa Francisco.
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Leonardo Boff, Theologian-Philosopher, Earthcharter Commission
08-18 2013
La Curia Romana está formada por el conjunto de los organismos que ayudan al Papa a gobernar la Iglesia dentro de las 44 hectáreas que rodean la basílica de San Pedro. Son algo más de tres mil funcionarios. Nació pequeña en el siglo XII, pero se transformó en un cuerpo de peritos en 1588 con el Papa Sixto V, forjada especialmente para hacer frente a los reformadores, Lutero, Calvino y otros. En 1967 Pablo VI y en 1998 el Papa Juan Pablo II trataron, sin éxito, de reformarla.
Está considerada como una de las administraciones gubernativas más conservadoras del mundo y tan poderosa que en la práctica retrasó, archivó y anuló los cambios introducidos por los dos papas anteriores y bloqueó la línea progresista del Concilio Vaticano II (1962-1965).
Continúa incólume, como si trabajase no para el tiempo sino para la eternidad. Sin embargo, los escándalos morales y financieros ocurridos dentro de su espacio han sido de tal magnitud que ha surgido el clamor de toda la Iglesia pidiendo una reforma, a ser realizada, como una de sus misiones, por el nuevo Papa Francisco. Como escribía el príncipe de los vaticanólogos lamentablemente ya fallecido, Giancarlo Zizola (Quale Papa 1977): «cuatro siglos de contrarreforma habían casi extinguido el cromosoma revolucionario del cristianismo original, la Iglesia se estableció como un órgano contrarrevolucionario» (p. 278), y negadora de todo lo nuevo que aparece. En un discurso a los miembros de la Curia el 22 de febrero de 1975, el Papa Pablo VI llegó a acusar a la Curia romana de tomar «una actitud de superioridad y orgullo ante el colegio episcopal y el Pueblo de Dios».
Combinando la sensibilidad franciscana con el rigor jesuita ¿conseguirá el Papa Francisco darle otro formato? Sabiamente se ha rodeado de ocho cardenales experimentados, de todos los continentes, para acompañarlo a realizar esta ciclópea tarea con las purgas que necesariamente deberán ocurrir.
Detrás de todo hay un problema histórico-teológico que dificulta en gran medida la reforma de la Curia. Se expresa por dos visiones contradictorias. La primera, parte del hecho de que, después de la proclamación de la infalibilidad del Papa en 1870, con la consiguiente romanización (uniformización) de toda la Iglesia, hubo una concentración máxima en la cabeza de la pirámide: es el papado con poder «supremo, pleno, inmediato» (canon 331). Esto implica que en él se concentran todas las decisiones, un fardo que es prácticamente imposible de llevar por una sola persona, aunque sea con poder monárquico absolutista. No se acepta ninguna descentralización, porque significaría una disminución del supremo poder del Papa. La Curia, entonces, se cierra en torno al Papa, al que convierte en su prisionero; a veces bloquea las iniciativas desagradables a su conservadurismo tradicional o simplemente deja de lado los proyectos hasta que son olvidadas.
La otra vertiente conoce el peso del papado monárquico y busca dar vida al Sínodo de Obispos, organismo colegial creado por el Concilio Vaticano II, para asistir al Papa en el gobierno de la Iglesia Universal. Pero sucede que Juan Pablo II y Benedicto XVI, presionados por la Curia que veía en ello una forma romper el centralismo del poder romano, lo convirtieron en un órgano solamente consultivo y no deliberativo. Se celebra cada dos o tres años, pero sin ningún efecto real sobre la Iglesia.
Todo apunta a que el Papa Francisco, al convocar a los ocho cardenales para con él y bajo su dirección proceder a la reforma de la Curia, cree un órgano con el cual pretende presidir la Iglesia. Ojala amplíe este órgano colegiado con representantes no sólo de la jerarquía sino de todo el Pueblo de Dios, también con mujeres, que son la mayoría de la Iglesia. Tal paso no parece imposible.
La mejor manera de reformar la Curia, a juicio de los expertos en las cosas del Vaticano y también de algunos jerarcas, sería una gran descentralización de sus funciones. Estamos en la era de la planetización y de la comunicación electrónica en tiempo real. Si la Iglesia Católica quiere adaptarse a esta nueva etapa de la humanidad, nada mejor que operar una revolución organizativa. ¿Por qué el dicasterio (ministerio) para la Evangelización de los Pueblos no puede transferirse a África? ¿El del Diálogo Interreligioso a Asia? ¿El de Justicia y Paz a América Latina? ¿El de la Promoción de la Unidad de los Cristianos a Ginebra, junto al Consejo Mundial de Iglesias? Algunos, para las cosas más inmediatas, permanecerían en el Vaticano. A través de videoconferencias, skype y otras tecnologías de la comunicación, podrían mantener un contacto diario inmediato. Así se evitaría la creación de un anti-poder, en el cual la Curia tradicional es gran experta. Esto haría a la Iglesia Católica realmente universal y no más occidental.
Como el Papa Francisco vive pidiendo que recen por él, tenemos que, efectivamente, rezar y mucho para que este deseo se transforme en realidad para beneficio de todos.
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Can the Roman Curia be Reformed?
Leonardo Boff, Theologian-Philosopher, Earthcharter Commission
08-18 2013
The Roman Curia consists of all the organs within the 44 hectares surrounding Saint Peter's Basilica that assist the Pope in governing the Church. There are just over three thousand functionaries. It began small, in the XII century, but in 1588 it was transformed by Pope Sixtus V into a body of experts, created especially to confront the reformers; Luther, Calvin and others. Paul VI, in 1967, and Pope John Paul II, in 1998, tried in vain to reform it.
Is considered to be one of the most conservative governmental administrations in the world, and is so powerful that in practice it delayed, filed away and annulled the changes introduced by the two previous popes, and blocked the progressive line of Vatican Council II, (1962-1965).
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It continues undetered, as if it worked not for the times but for eternity. However, the moral and financial scandals that took place within its confines have been of such magnitude that a cry has arisen from all the Church, requesting that the new Pope Francis undertake to reform it as one of his missions. As Giancarlo Zizola, the prince of the specialist on the Vatican, sadly now gone, wrote: «four centuries of counter-reformation have nearly extinguished the revolutionary chromosome of the original Christianity, as the Church established herself as a counterrevolutionary organism» (Quale Papa, 1977, page 278). It rejects everything that is new. In a February 22, 1975 speech to the members of the Curia, Pope Paul VI went as far as to accuse the Roman Curia of having «an attitude of superiority and pride towards the Episcopal College and the People of God».
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Will Pope Francis succeed in transforming the Curia, combining Franciscan sensibility with Jesuit rigor? He has wisely surrounded himself with eight experienced Cardinals, from every continent, to work with him to realize this colossal task, and the purges that necessarily must be realized.
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Behind all this there is a historic-theological problem that greatly hinders the reform of the Curia. It is expressed by two contradictory visions. The first comes from the fact that, after the 1870 proclamation of the infallibility of the Pope, with the consequent Romanizing, (uniformization), of the whole Church, there was a maximum concentration at the top of the pyramid: namely, the papacy, with «supreme, total, immediate» power (canon 331). This means that all decisions are concentrated in him, a load that is practically impossible for a single person, even with absolute monarchical power, to carry alone. No decentralization is acceptable, because it would reduce the supreme power of the Pope. The Curia, then, surrounds the Pope, who becomes its prisoner; sometimes blocking initiatives that are contrary to its traditional conservatism, or simply putting aside projects until they are forgotten.
The other vision recognizes the weight of the monarchical papacy. It seeks to breathe life into the Synod of Bishops, a collegial organism created by Vatican Council II to assist the Pope in governing the Universal Church. But John Paul II and Benedict XVI, pressured by the Curia, who saw it as destroying the centralism of Roman power, turned it into a consultative rather than a deliberative organism. It meets every two or three years, but with no meaningful effect on the Church.
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All indications are that Pope Francis, by convoking the eight Cardinals in order to reform the Curia, with him and under his leadership, will create an organism through which he will preside over the Church. Let's hope he enlarges this collegiate organism, including representatives not only of the hierarchy but of the whole People of God, women included, because women are the majority of the Church. Such a step does not appear impossible.
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The best way to reform the Curia, in the opinion of experts on Vatican affairs and also of some important leaders, would be a major decentralization of functions. We are in the era of globalization, and of real time electronic communications. If the Catholic Church wants to adapt to this new period of humanity, nothing would be better than to undertake an organizational revolution. Why not transfer to Africa the Secretary (dicasterio) for the Evangelization of the Peoples? Relocate the Secretary of Inter-Religious Dialogue to Asia? That of Justice and Peace to Latin America? Couldn't the Secretary for the Promotion of Christian Unity be in Geneva, close to the World Council of Churches? Some secretariats, those involved with the most immediate things, would remain in the Vatican. Through video-conferences, skype and other communication technologies, they could maintain direct daily contact. This would avoid the creation of an anti-power, at which the traditional Curia is a great expert. It would make the Catholic Church truly universal, not just Western.
As Pope Francis is always asking us to pray for him, we have to, in effect, pray deeply, so that this wish becomes reality, for the benefit of all.
Leonardo Boff 08-18 2013
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... cura chapetón con Zapatero ...
.. cura chapetón con Francisquito ... Franco ....
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Giancarlo Zizola (1936 - 2011) fue un periodista y escritor italiano. Periodista del Vaticano, comenzó su carrera en las crónicas del Concilio Vaticano II, gracias a la sugerencia de Juan XXIII y su secretario Loris Capovilla. Luego colaboró con numerosas publicaciones, incluyendo, Futuro, El Día, Panorama, Il Sole 24 Ore y desde 2010, La Repubblica.
Fue autor de varios libros dedicados a la historia de la Iglesia, el Concilio Vaticano II y, en particular, las figuras de los Papas del siglo XX.
Ganó el Premiolino en 1973.
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http://it.wikipedia.org/wiki/Giancarlo_Zizola
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Giancarlo Zizola (Valdobbiadene, 13 aprile 1936 – Monaco di Baviera, 14 settembre 2011) è stato un giornalista e scrittore italiano.
Giornalista vaticanista, aveva cominciato la sua carriera con le cronache del Concilio Vaticano II[1], grazie alla segnalazione di Giovanni XXIII e del suo segretario Loris Capovilla[2].
Ha poi collaborato con numerose testate, tra cui Avvenire, Il Giorno, Panorama, Il Sole 24 Ore e - dal 2010 - La Repubblica.[2]
Fu autore di diversi volumi dedicati alla storia della Chiesa, al Concilio Vaticano II ed in particolare alle figure dei papi del XX secolo.[2][3]
Ha vinto il Premiolino nel 1973.[4]
- Modelo de “Desarrollo Sostenible” de la ONU - cinabrio blog ...cinabrio.over-blog.es/article-modelo-de-desarrollo-sostenible-de-la-onu-...16/02/2012 - NO resiste crítica seria / Leonardo Boff – Earthcharter Commission ....7000 millones de bocas / Leonardo Boff Theologian - cinabrio blog.
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