-
-
EL IMPACTO DE LOS ATAQUES DEL 9/11 EN PAKISTAN
.
No puede haber ninguna duda en lo cataclísmico de las consecuencias del 11-S para el mundo, y más aún para Pakistán, que fue catapultado a la condición de Estado de Primera Línea en la guerra contra el terror.
Luchar una guerra de Estados Unidos nos ha costado enormemente, en todo el sentido de la palabra y efectivamente ha erosionado todo lo que quedaba de nuestra cultura y artes, ya que se han visto eclipsadas bajo las presiones de “La Seguridad”. Mientras que los espacios públicos fueron clausurados, las artes, no pudieron ignorar el 9/11 como fenómeno y desde los libros a la música, desde las películas al teatro, el cambio es palpable y el espíritu de esa época ahora queda documentado con la entrada masiva de la mentalidad socio-política y cultural del “11 de septiembre”.
A pesar de que se sentía una fuerte tendencia dentro de los medios de comunicación a nivel mundial para que las artes pivoteen en torno a los eventos del 9/11, los primeros años después de los atentados en EEUU, no sacudieron a Pakistán muy fuerte, dice el escritor Vasay Choudhary. Señala que entre 2001-2006, la época que coincidió con la presidencia del general Pervez Musharraf, se vio un flujo masivo de dinero para impulsar una imagen suave del país, que llegó en la forma de una explosión de medios de comunicación, con múltiples canales de televisión centrados en la música y el entretenimiento. “El modo de pensar de una sociedad liberal se creó durante ese tiempo y había un ambiente feliz en el país”, afirma Choudhary. “Todas las bandas, desde Noorie a Atif Aslam, tuvieron su apogeo durante este período. Incluso estrellas internacionales como Sonu Nigam y Bryan Adams llegaron a Pakistán para realizar eventos artísticos. Hubo festivales regulares, las Noches de Basant, Rafi Peer y Noor Jehan, que se realizaron no sólo en las metrópolis de costumbre, sino también en lugares como Peshawar y Rawalpindi”.
.
.
Así, mientras el mundo estaba envuelto en desaliento, Pakistán florecía. A excepción de una película que impactó muy fuerte, “Khuda Kay Liye” del cineasta Shoaib Mansoor, nuestras películas, nuestra televisión y teatro, todos continuó con la vena habitual de romance y comedia. Algunos creen que fue sólo después de que Musharraf, severamente cuestionado, dejó el poder, que los hechos del 9/11 impactaron en el país. Para el académico, activista y músico Taimur Rahman, los atentados del 9/11 dieron lugar a nuevas divisiones y empujaron a elegir entre el fundamentalismo y el liberalismo, siendo este último equivale a ser un compinche de occidente. Tornóse así la sociedad pakistaní bastante intolerante, una serie de figuras religiosas se encumbraron y surgieron los tele-mesías que empezaron a propagar sus doctrinas. “A pesar de haber pasado una década, seguimos siendo muy sensibles al tema” sostiene Taimur Rahman.
La industria que más sufrió, según coinciden Choudhary y Rahman, fue la música. “Los conciertos se redujeron al mínimo y los artistas dejaban el país para promocionarse. A pesar de que han pasado 10 años desde el 9/11, ¿Cuántos álbumes musicales han aparecido en los últimos dos años? “Pregunta retóricamente Rahman. Ya que la moda funciona a puertas cerradas, ha tenido como arreglárselas para mantenerse los últimos dos años, pero un arte tan público como la música, ha sido severamente impactado por la inseguridad reinante.
.
.
![]() | ![]() |
.
Sin embargo, mientras la música languidecía, la literatura floreció con todo un nuevo género de obras conocidas como las novelas de 9/11, libros como El Fundamentalista Renuente (The Reluctant Fundementalist) de Mohsin Hamid y La Vigilia Desperdiciada (The Wasted Vigil) de Nadeem Aslam lo ejemplifican. Pero aparte de estas piezas brillantes de ficción, libros de no ficción como “Entre los talibanes” (On the Taliban) de Ahmed Rashid, vendieron un número ridículo de ejemplares”, dice el crítico literario Ayesha Raja. “El 9/11 nos puso en el centro de atención de las posibilidades de una carrera como escritor y comentarista de regiones, alguna vez oscuras, como Afganistán”, explica Raja citando el ejemplo de un libro, El Halcón Vagabundo (The Wandering Falcon) de Jamil Ahmed de Baluchistán “, libro que estuvo congelado durante casi 30 años y ningún editor estaba interesado, y de repente se convirtió en propiedad muy valiosa. ”
.
.
.
En consecuencia, tenemos que mientras el 9/11 sofrenó aspectos cruciales de la cultura popular, como la música, confirió un impulso positivo de creatividad y productividad en aspectos de las artes en el sur de Asia relacionados a los atentados en EEUU.
.
Hizb ut-Tahrir Wilayah de Pakistán protesta por la visita de Richard Holbrooke
2009/02/22 - El Partido de la Liberación Islámica (Hizb ut-Tahrir Wilayah) de Pakistán realiza una manifestación en protesta por la visita del enviado de los EE.UU. Richard Holbrooke a Afganistán y Pakistán. La demostración reiteró el rechazo de la Hizb a la ocupación por EE.UU. de las tierras islámicas y pidió la expulsión de los ocupantes y un esfuerzo conjunto de Pakistán y Afganistán para impedir los ataques de los agresores.
Hizb ut-Tahrir Wilayah of Pakistan demonstrates against Holbrooke visit |
Hizb ut-Tahrir Wilayah of Pakistan held a demonstration in protest at the visit of the US envoy Richard Holbrooke to Pakistan and Afghanistan. The demonstration reiterated the Hizb’s rejection of the US occupation of the Islamic lands and called for the expulsion of the occupiers and the unification of Pakistan and Afghanistan to deter the attacks of the aggressors. http://www.hizb.org.uk/wp-content/uploads/2011/06/pk-manifesto-english.pdf . Hizb ut Tahrir al Islami (Partido de la Liberación Islámica) es un movimiento social muy activo en Europa, Asia Central y Oriente Próximo. En el Líbano, uno de los pocos países del mundo árabe donde es legal (junto con el Yemen y los Emiratos Árabes Unidos), ha rechazado entrar en la contienda electoral, pero no a participar activamente en la vida política del país a través de su movimiento social que ellos llaman “partido”. Sus vicisitudes en este país, pasando de la ilegalidad a operar libremente y de ahí a ser puesto bajo sospecha en fechas recientes, nos permiten extraer una serie de conclusiones útiles para entender la evolución del islam político en la vida pública de la República libanesa y en el Mediterráneo Oriental. Antonio Alonso Marcos – Profesor en el Instituto CEU de Humanidades Ángel Ayala, Universidad CEU-San Pablo (Madrid) |
.
.
.
.
.
.
.

The “Tribute in Lights” illuminates the sky over lower Manhattan days before the 10th anniversary of the attack on the World Trade Center in New York, September 8, 2011. The organisers of The “Tribute in Lights” tested the lights for several hours ahead of the anniversary. PHOTO:REUTERS
Fighting America’s war cost us immensely in every sense of the word and effectively eroded whatever was left of our culture and performing arts, as these buckled under security pressures. While public spaces closed up, the arts could not ignore 9/11 as a phenomenon and from books to music to films and dramas, a seismic shift was palpable in how the zeitgeist now documented this massive socio-political and cultural mindset post September 11.
Even though one felt a very potent movement of sorts within the media globally to pivot the arts around the event, the initial years after 9/11 didn’t hit Pakistan hard, says writer Vasay Choudhary. He points out that from 2001-2006, the era that coincided with President Pervez Musharraf, saw a massive inflow of money to fuel the country’s soft image, which came in the form of an explosion of the media with multiple television channels and music and entertainment focused programming. “A whole mindset for a liberal society was created during this time and there was a happy vibe within the country,” states Choudhary. “All your bands from Noorie to Atif Aslam, shot up during this period. Even international stars like Sonu Nigam and Bryan Adams came to Pakistan to perform. There were regular festivals in the shape of Basant, Rafi Peer and Noor Jehan nights that took place not only in the usual metropolises, but also in places like Peshawar and Rawalpindi.”
So while the world was shrouded in despondency, Pakistan blossomed. Except for one hard hitting feature film, Shoaib Mansoor’s Khuda Kay Liye , our films, television and theatre all continued in their usual vein of romance and comedy. Some believe that it was only after Musharraf was over thrown, that, “The fall impacted us more than the event itself,” says academic, activist and musician Taimur Rahman. “9/11 led to new divisions and choosing sides between fundamentalism and liberalism, with the latter being equated to being a western crony and society becoming so intolerant, reveals Rahman. “Despite it having been a decade, we are still so sensitive about the issue.” And being sensitive leads to a dangerously narrowing trend — the era of the tele messiah, as a host of ‘religious’ figures took to the limelight and began propagating their own doctrines which has led to a less tolerant society.
The one industry that suffered most by default, which Choudhary and Rahman converge on, was music. “Concerts dried to a trickle and so artists went offshore to promote themselves. Even though it has been 10 years since 9/11, how many albums have been released the past two years?” Rahman questions rhetorically. Since fashion operates behind closed doors, it managed to flourish in the last two years, but an art as public as music has been shattered with security threats.
Yet while music buckled, literature burgeoned with a whole new genre of work titled as the 9/11 novels, that books like The Reluctant Fundementalist by Mohsin Hamid and The Wasted Vigil by Nadeem Aslam exemplify. But more so than these brilliant pieces of fiction, non-fiction writings like that of Ahmed Rashid on the Taliban “sold ridiculous numbers”, says literary critic and enthusiast Ayesha Raja. “9/11 put us in the limelight from which all these career possibilities of being a writer and commentator on once obscure regions like Afghanistan came forth,” explains Raja citing the example of a book, The Wandering Falcon by Jamil Ahmed on Balochistan, “which was sitting with him for nearly 30 years and no publisher was interested in, and suddenly it became hot property.”
.
.
Consequently, what emerges then is that while 9/11 put a clamp on a critical aspect of popular culture like music, it created a momentum of positive creativity and productivity in associated aspects of the arts in South Asia.
.
Published in The Express Tribune, September 11th, 2011.
http://tribune.com.pk/story/249484/the-impact-of-september-11/
.
.
country before 9/11 started to face massive terrorist attacks… …
Terrorism and …. malcolmallison esta creado con WordPress … …
- EL MOVIMIENTO ISLAMISTA HIZB UT TAHRIR (HT). EN ASIA CENTRAL: …… Akmal: “New
Caliphate New Era”, Hizb ut Tahrir Wilayah Pakistan, en …eprints.ucm.es/8690/1/T30514.pdf – Similares