Of all the French cultural exports over the last 150 years or so, 'pataphysics--the science of imaginary solutions and the laws governing exceptions--has proven to be one of the most durable.
Desde que tuvo lugar el último aquelarre financiero de Lehman Brothers (con su máximo responsable, Richard Fuld, alias El Gorila, oficiando de macho cabrío) se viene registrando en el mundo editorial anglosajón un minoritario, pero sintomático, interés por todo lo que se refiere a la Patafísica, aquella (anti)ciencia de las soluciones imaginarias (y de las prolijas reglas que subyacen a las excepciones) inventada por Alfred Jarry, y que, al contrario que los “ismos” de las vanguardias históricas, se mantiene viva gracias a la extendida y libérrima (anti)secta internacional de los patafísicos. A la bien documentada biografía del fundador (Alfred Jarry, A Pataphysical Life), de Alastair Brotchie (MIT Press, 2011), se acaba de añadir Pataphysics, A Useless Guide, de Andrew Hugill, también publicado por la célebre editorial universitaria de Cambridge, Massachusetts. Hugill, músico y miembro conspicuo del Collège de Pataphysique, ha sintetizado en su divertido, erudito e informativo trabajo más de un cuarto de siglo de investigación en torno a la historia de la Patafísica y de sus principales protagonistas, analizando su influencia en la literatura, el teatro, la música y las artes visuales desde los mismos albores del siglo XX
El Colegio de Patafísica se crea en 1948 en París, como irónica contraposición a las academias de arte y ciencias (Collège de France). Se entiende por patafísica la "ciencia de las soluciones imaginarias". No hay comparación entre lo particular y lo general, se excluye cualquier reminiscencia de una generalidad o universalidad. Un amasijo de escritores surrealistas y vanguardistas hace trascender la ley de la excepcionalidad. La creación de Colegios e Institutos Patafísicos se dedican a hacer uso de la transgresión y el absurdo que deja en la historia la obra de Alfred Jarry.
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COLEGIO DE PATAFÍSICA DE PARÍS
El Colegio de Patafísica se crea el 11 de mayo de 1948 (22 Palotin del 76, según el calendario patafísico) en París, como irónica contraposición a las academias de arte y ciencias (Collège de France). Fue instaurado en conmemoración a los 50 años del Doctor Faustroll (personaje principal de la novela "Gestas y opiniones del Doctor Faustroll, patafísico", de Alfred Jarry), por Iesu Maria Tlecl, anagrama de Maurice Saillet, en la librería de Adrienne Monnier.1
Se entiende por patafísica una contracción de la palabra epí ta metá ta physiká, "lo que está alrededor de lo que está más allá de la física". Alfred Jarry retoma una serie de postulados científicos que dan cuenta de la Patafísica como ciencia que regula las excepciones, proclamándola desde entonces como "ciencia de las soluciones imaginarias".No hay comparación entre lo particular y lo general, se excluye cualquier reminiscencia de una generalidad o universalidad. incluso la patafísica no es objeto de teorización de sus contenidos ni de ningún otro aspecto, es la patafísica la que "teoriza" sobre las particularidades. A partir de la obra y sus postulados patafísicos, y más aún después de la muerte del autor, un conglomerado de escritores surrealistas y vanguardistas se hacen cargo de retomar aquellos estudios y hacer trascender la ley de la excepcionalidad, creando colectivos artísticos que se encargaran de la patafísica. Es por esta razón que la creación de Colegios e Institutos se dedican mayormente a hacer uso de aquel legado artístico, transgresor y pilar del Absurdo que deja en la historia la obra de Alfred Jarry.
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El Colegio Patafísico de París se encarga, principalmente, de perpetuar la ciencia creada por Alfred Jarry, y de maquinar eruditos estudios sobre ciencias inventadas e inútiles. De hecho, el Collége de Pataphysique se presentó, por principio, como una "Sociedad de Investigaciones Eruditas e Inútiles". Muchas veces estas ciencias, o investigaciones, no eran más que meros retruécanos rimbombantes y provocativos, sin ninguna función o profundidad más allá de su nombramiento (Algunos ejemplos: Liricopatología y Clínica de los retoriconosos, Cocodrilología, Pedología y Adelfismo, Cinematografía y Onirocrítica, Aliética e Ictibalística, Tonosofía Africana, Alcoholismo estético, Aniñamiento voluntario e involuntario, etc).
Estas ciencias imaginarias y otros contructos, tales como la exposición de los órdenes jerárquicos dentro del Colegio y otras obras, eran explicadas y distribuidas en series de revistas confidenciales, de tirada muy limitada, en las cuales dejaban enigmas, incongruencias, misterios y palabras altamente eruditas. Todo en consideración de un lector apropiado, que se atreva a captar los postulados del Colegio.
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A finales de 1974 (debido a la muerte de muchos de sus miembros e investigadores) el Colegio Patafísico decide ocultarse, por un tiempo indeterminado. Este acontecimiento es recordado como "Periodo de Ocultación". Sin embargo, el legado y el paréntesis que deja en la historia esta decisión, motiva a muchos personajes, en diferentes lugares del mundo, a intentar recobrar la institución. Uno de los personajes más relevantes y fundamentales fue Fernando Arrabal, quien es, prácticamente un precursor del renacimiento de la era Patafísica. Finalmente, el 20 de abril del año 2000 (1 palotín 127, y San Cocodrilo, del calendario patafísico) se celebra la "Desocultación" del Colegio, el cual anunciaba una exposición de "Agujeros, Nadas y Espejismos", que nadie pudo encontrar. A la par con la "Desocultación" se elige por "Presidente Transitoriamente Perpetuo" a Lutembi, un cocodrilo que habita en las orillas del lago Victoria.
COMISIONES Y MIEMBROS HISTÓRICOS
El Colegio cuenta con organismos y cargos muy intrincados. Entre los miembros se otorgan títulos tales como sátrapa, proveedor, regente, vicecurador y enfiteuta, entre otros. El colegio cuenta, también, con una sistematización de sus jerarquías en extremo organizada. Está ordenado en base a un conjunto de Departamentos o Comisiones que a su vez tienen Subcomisiones que las respaldan. La totalidad de las Comisiones cuenta con 77 Subcomisiones, equitativamente dispuestas:
- Subcomisión de las Soluciones Imaginarias (presidente Boris Vian)
- Subcomisión de las Formas y de las Gracias (Marcel Duchamp)
- Subcomisión de las Ciencias Inexactas (Janvier Mauvoisin)
- Subcomisión de la Incompetencia realizadora (P. Lié, Lutembi), del Grande extraordinario (Joan Miró)
- Subcomisión de los Espíritus (François Caradec)
- Subcomisión de Epifanías e itifanías (Raymond Queneau)
- Subcomisión de las Anonfalias (Philippe Dumarçay)
- Subcomisión de las Leyes que regulan las excepciones (Luis Shilton)
- Subcomisión de las Pirámides y los poliedros (Marcel Poujois)
- Subcomisión de los Infinitidecimales y de las Leptologías (Marcel Maigret)
- Subcomisión de Metástasis, Diadosis y Rotaciones (Rafael de Luc)
- Subcomisión de las Flores en el Ano y Beyas Melodías (Daniel Rubio Ortells)
Algunos miembros más actuales que integran el Colegio Patafísico de París son Umberto Eco, Jean Baudrillard, Enrico Baj,Dario Fo, Roland Topor, Luis Shilton , Fernando Arrabal y Daniel Rubio Ortells, entre otros.
Otros que pertenecieron al Colegio Patafísico: Boris Vian (Ville d'Avray 10 de marzo de 1920 - 23 de junio de 1959). Músico, cantante, ingeniero, escritor (escribió también con el seudónimo de Vernon Sullivan), poeta, inventor.
http://es.wikipedia.org/wiki/Colegio_de_Pataf%C3%ADsica
COLEGIOS E INSTITUTOS PATAFÍSICOS
En muchos lugares del mundo se han formado Institutos y Colegios Patafísicos, que también se han encargado del estudio de la patafísica, y de la acción artística en diferentes ámbitos, tales como la literatura, el teatro, la música, la plástica y otras disciplinas. Algunos de estos son:
- «Otro Ilustre Colegio Oficial de la Pataphysica» de Valencia, España
- «Institut Independent d'Estudis Patafísics del País Valencià» de Valencia, España
- «Institutum Pataphysicum Granatensis» de Granada, España
- «Collage de 'Pataphysique» de Bergamo, Italia
- «Institutum pataphysicum Parthenopeium» de Nápoles, Italia
- «Institut für Pataphysik» de Alemania
- «The London Institute of ’Pataphysics» de Londres, Inglaterra
- «Colegio Patafísico de Chile», Santiago, Chile
- «Novísimo instituto de altos estudios patafísicos de Buenos Aires», Argentina
- «Altissimo Instituto de Estudios 'Pataphysicos de la Candelaria», Colombia
- Akdemia de Patafísica Avanzada (Lugares aledaños a la Laguna de Chapala) México
- Templo Patafísico de Mar del Plata, Argentina
- Real Liceo Patafísico del Paraguay.
- Centro de Investigaciones Patafísicas de México (Campus Terráqueo) México
http://es.wikipedia.org/wiki/Colegio_de_Pataf%C3%ADsica
La Patafísica (también) contra los recortes
Desde que tuvo lugar el último aquelarre financiero de Lehman Brothers (con su máximo responsable, Richard Fuld, alias' El Gorila', oficiando de macho cabrío) se viene registrando en el mundo editorial anglosajón un minoritario, pero sintomático, interés por todo lo que se refiere a la Patafísica...
13/10/2012 - Manuel Rodriguez Rivero
Desde que tuvo lugar el último aquelarre financiero de Lehman Brothers (con su máximo responsable, Richard Fuld, alias El Gorila, oficiando de macho cabrío) se viene registrando en el mundo editorial anglosajón un minoritario, pero sintomático, interés por todo lo que se refiere a la Patafísica, aquella (anti)ciencia de las soluciones imaginarias (y de las prolijas reglas que subyacen a las excepciones) inventada por Alfred Jarry, y que, al contrario que los “ismos” de las vanguardias históricas, se mantiene viva gracias a la extendida y libérrima (anti)secta internacional de los patafísicos. A la bien documentada biografía del fundador (Alfred Jarry, A Pataphysical Life), de Alastair Brotchie (MIT Press, 2011), se acaba de añadir Pataphysics, A Useless Guide, de Andrew Hugill, también publicado por la célebre editorial universitaria de Cambridge, Massachusetts. Hugill, músico y miembro conspicuo del Collège de Pataphysique, ha sintetizado en su divertido, erudito e informativo trabajo más de un cuarto de siglo de investigación en torno a la historia de la Patafísica y de sus principales protagonistas, analizando su influencia en la literatura, el teatro, la música y las artes visuales desde los mismos albores del siglo XX, cuando fue formulada por primera vez en la farragosa novela póstuma de Jarry Gestas y opiniones del doctor Faustroll, patafísico (publicada en 1911, pero escrita en 1898).
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Desde Dadá a Oulipo, la patafísica ha fecundado buena parte de las más rompedoras e interesantes manifestaciones culturales contemporáneas. E incluso a la mismísima filosofía: Gilles Deleuze aseguraba que, al inventar la Patafísica, Alfred Jarry (1873-1907) se había convertido no sólo en un auténtico precursor de la Fenomenología, sino en un (oficioso) antecesor de Heidegger: al fin y al cabo —explicaba— “el Ser es el epifenómeno de todos los entes, que debe ser pensado por el nuevo pensador, él mismo epifenómeno del hombre”. Hugill rastrea la influencia de la ciencia inventada por Jarry en la obra de, entre otros, Perec, Baudrillard, Calvino, Ballard, Asger Jorn, Prevert, Artaud, Miró, Ernst, Duchamp, Joyce, Roussel, y Marx (los hermanos, claro).
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Ya ven, un libro apasionante que debería ser publicado en nuestro país, además de por su interés intrínseco, por otras dos razones de peso; en primer lugar, porque las circunstancias (incluido Rajoy) también propician el aumento exponencial del número de patafísicos (conscientes o no) dispuestos a no ofrecer mansamente la grupa a la insoportable política de recortes y empobrecimiento general y, en segundo, porque esa ciencia, capaz de medir la superficie de Dios (para Jarry era el “punto tangente entre el cero y el infinito”), es probablemente la única capaz de suministrar explicaciones convincentes acerca de la alarmante floración de pequeños aspirantes a Ubú en nuestra sociedad: desde la posfranquista delegada del Gobierno en Madrid hasta el inefable nuevo director de La Gaceta (¿o es El Alcázar?), pasando por el lenguaraz eurodiputado Vidal Quadras (con el general de brigada encaramado a su chepa), o la cada vez más insufrible madre superiora Cospedal, por limitarme sólo a los que hablan castellano en la intimidad. De hecho, y al amparo de la crisis interminable, los pequeños Ubús están surgiendo como setas: compruébenlo mirando a su alrededor (los tienen muy cerca). Si no pueden esperar a que algún editor/a más o menos patafísico (conozco a un par que darían el perfil) se decida a publicar en español el libro de Hugill, pueden conseguirlo en Amazon por sólo 16,30 dólares. Que lo disfruten.
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Cuenca
Mientras en Cuenca aumenta el número de los que cruzan los dedos para que Catalunya se declare independiente (Lara ha manifestado recientemente que, en esa eventualidad, el Grupo Planeta tendría que trasladarse “a Madrid, Zaragoza o Cuenca”), me permito sugerir a las autoridades competentes de dicha ciudad, a la que Felipe V (némesis de las libertades catalanas, por cierto) llamó “fidelísima y heroica”, la inclusión de la imagen de un libro (analógico) en el campo de gules del escudo de la villa, ocupado hoy por cáliz y estrella. Con ese culto reclamo quizás consiguieran inclinar a su favor el corazón del líder del primer grupo editorial del mundo hispánico (incluyendo, por ahora, a Catalunya y Euskadi). Para los proclives al desaliento les diré que no hay nada imposible: si Esperanza Aguirre consiguió ablandar al millonario Sheldon Adelson para que plantara en Madrid una sucursal de su imperio de juego, qué no podrá conseguir Juan Ávila, alcalde socialista de Cuenca, del mucho más liberal presidente planetario. Y todo a cambio de sencillas concesiones, como podrían ser (sugiero): compra masiva y permanente de libros del grupo por parte de las bibliotecas públicas de la provincia; suscripción obligatoria de la población al diario La Razón; sustanciosas subvenciones a los ciudadanos que mantuvieran permanentemente sintonizada Antena 3; abolición del precio fijo e IVA cero exclusivos para los productos de Planeta; publicidad gratuita en las vallas municipales; erección, frente a la puerta de la Catedral, de un monumento conmemorativo de todos los autores del grupo que han vendido 500.000 ejemplares, desde Gironella, Gala o Luca de Tena (Torcuato) hasta Muñoz Molina, Jorge Semprún o Ruiz Zafón. Como ven, una menudencia en comparación con lo que el reaccionario magnate de Las Vegas Sands consiguió sacarle a la señora Aguirre, a la que, por cierto, mis pesadillas tanto echan de menos.
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Solidez
Posiblemente el fragor mediático del Premio Nobel haya dejado parcialmente inadvertida una importante noticia que puede afectar de modo especial al mundo del libro: los prestigiosos sellos francés y alemán Gallimard y Suhrkamp han anunciado una alianza para comercializar a precios “sin competencia” (de uno a cuatro euros) en el formato e-book los fondos de sus catálogos, tanto los de derecho público como los sujetos a copyright. El motivo es que ambas editoriales, conscientes de la explosión del mercado de las tabletas lectoras, han comprobado que los elevados precios de sus libros electrónicos eran disuasorios y fomentaban la piratería (como ven, nunca es tarde para descubrir La Mediterranée o Das Mittelmeer). Lo más preocupante es que, según Ulla Unseld-Berkewicz, directora del grupo independiente alemán, el propósito de ambos sellos es reemplazar en diez años sus libros de bolsillo por e-books. Supongo que los restos mortales del argentino Gonzalo Losada (creador de Austral) y del británico Allen Lane (creador de Penguin), que revolucionaron en los años treinta el mundo de la edición, se estarán revolviendo en sus tumbas. Ya ven: creíamos que la crisis iba a favorecer el crecimiento de los tapablandas de bolsillo y ahora resulta que, si nos descuidamos, los entierra para siempre. Desde que me he enterado, me anega una ola de nostalgia preventiva hacia los “bolsillos” de mi biblioteca, futuras rarezas de un mundo que parece rechazar la sólida y antigua materialidad de las cosas. ¡Glup!
http://cultura.elpais.com/cultura/2012/10/10/actualidad/1349866148_954198.html
Of all the French cultural exports over the last 150 years or so, 'pataphysics--the science of imaginary solutions and the laws governing exceptions--has proven to be one of the most durable. Originating in the wild imagination of French poet and playwright Alfred Jarry and his schoolmates, resisting clear definition, purposefully useless, and almost impossible to understand, 'pataphysics nevertheless lies around the roots of Absurdism, Dada, futurism, surrealism, situationism, and other key cultural developments of the twentieth century. In this account of the evolution and influence of 'pataphysics, Andrew Hugill offers an informed exposition of a rich and difficult territory, staying aloft on a tightrope stretched between the twin dangers of oversimplifying a serious subject and taking a joke too seriously. Drawing on more than twenty-five years' research, Hugill maps the 'pataphysical presence (partly conscious and acknowledged but largely unconscious and unacknowledged) in literature, theater, music, the visual arts, and the culture at large, and even detects 'pataphysical influence in the social sciences and the sciences. He offers many substantial excerpts (in English translation) from primary sources, intercalated with a thorough explication of key themes and events of 'pataphysical history. In a Jarryesque touch, he provides these in reverse chronological order, beginning with a survey of 'pataphysics in the digital age and working backward to Jarry and beyond. He looks specifically at the work of Jean Baudrillard, Georges Perec, Italo Calvino, J. G. Ballard, Asger Jorn, Gilles Deleuze, Roger Shattuck, Jacques Prevert, Antonin Artaud, Rene Clair, the Marx Brothers, Joan Miro, Max Ernst, Marcel Duchamp, James Joyce, Flann O'Brien, Raymond Roussel, Jean-Pierre Brisset, and many others.
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Hace cierto tiempo encontré en internet esta Raíz cuadrada que me sedujo de forma instantánea, (ver Nota) . En ella se resume la biografía de su autor, Boris Vian, del modo siguiente:
Boris Vian (1920-1059) fue un genio poliédrico; escritor anticonformista, poeta, inventor de palabras, comediógrafo, jazzista, cantante y autor de canciones, traductor, crítico, inventor e ingeniero. Su obra maestra literaria fue la novela La espuma de los días, originalísima y surreal. Fue también el autor de la espléndida canción antimilitarista El desertor, (escrita en 1954, inmediatamente después de la guerra de Francia en Indochina), y miembro del Colegio de Patafísica.
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Buen resumen, aunque insuficiente ..
LEER MÁS
http://www.madrimasd.org/blogs/CienciayPoesia/2014/04/29/85230